« Una pesado mandoble forjado a partir de rocas primigenias de Liyue. »
El arma predilecta de la Geoarmada de la antigüedad.
Forjada sobre los divinos cimientos rocosos en los que se fundó Liyue, es excepcionalmente pesada.
Cualquier persona común y corriente sería incapaz de levantarla, y menos aún de blandirla para luchar.
Sin embargo, hay fuentes escritas que afirman que los hombres de la antigua Geoarmada la empuñaban con total facilidad.
En su origen, la Geoarmada fue fundada por iniciativa de los seguidores de Rex Lapis.
La mención más antigua sobre ella data de la época en que se completó la construcción de la ciudad portuaria.
Como abanderados de Rex Lapis y de Liyue, avanzaban y retrocedían en conjunto con la determinación de no abandonar jamás:
«Duros como la roca, inamovibles como un peñasco. Defendemos la ciudad con nuestro escudo y luchamos contra el mal con nuestra espada».
Todos los soldados de la Geoarmada cumplían con esta consigna sin excepción, e incluso estaban dispuestos a morir por ello.
Se dedicaban en cuerpo y alma a seguir los pasos de Rex Lapis, diezmando monstruos, protegiendo a la población y salvaguardando la paz en Liyue.
La Geoarmada no se ganó su buena reputación por masacrar, sino por defender, pues sus soldados usaron sus propios cuerpos para proteger su tierra.
Esta gran espada, firme y excepcionalmente pesada, refleja el deber y la voluntad de los guardianes de Liyue.
Los soldados Xing y Han, los primeros en tallar espadas de piedra, probablemente sabían que, en el futuro, cada vez habría menos personas con la fuerza suficiente para luchar con esta espada.
Sin embargo, ello también significaría que el mundo estaría en paz, y que ya no se necesitarían ni guardianes ni espadas.