Itto es probablemente un descendiente de Arataki, un famoso artista marcial en la historia de Inazuma. Basándose en los epítetos que él diseña por sí mismo, así como en las descripciones físicas que otros NPC le han dado, tiene sangre oni corriendo por sus venas.
Arataki Itto se describe como alto, con una constitución grande y dos cuernos enormes, que al principio parece aterrador a primera vista.
A pesar de describirlo como «mezquino y autoritario», los rumores que cuenta Rie afirman que Itto «no es un matón», Yoimiya por su lado te confirma que si bien «parece aterrador», la verdad es que «le cae muy bien a los niños» ya que juegan con ellos a través de competencias que suelen terminar siendo entre Itto y Yoimiya. Por otro lado, la cualidad de ser «supercompetitivo», se refleja en su intento de buscar la revancha ante Sara que le ha significado mas de alguna vez un arresto o conflicto, por lo que tanto Sara como Shouta hacen notar su molestia ante el Oni, e incluso es Shouta quien particularmente menciona de que siempre juega a las cartas y gana sus bocadillos.
A diferencia de otras víctimas del Decreto de captura de Visiones, Itto, al menos según sus mensajes, no ha mostrado los síntomas habituales de apatía y pérdida de ambición. Independientemente, su personalidad ardiente significa que a menudo crea un escándalo donde quiera que va.
Objetivamente, la reputación de Itto en la Ciudad de Inazuma deja bastante
que desear.
Aunque no lo tachan de mala persona, tampoco lo consideran un buen
ciudadano.
Para saber qué tan peligroso es en realidad, basta con escuchar a algún
matrimonio en la calle decir “Si no te portas bien, ¡le diré a Arataki Itto
que te robe todos tus aperitivos!” como forma de mantener a raya a sus
hijos.
A diferencia de frases como “ser llevado a la montaña por el Gran Tejón
Mujina” o “ser incrustado en la estatua de la Shogun”, esta amenaza sí
tiene posibilidades de ocurrir de verdad.
Sin embargo, “robar” tampoco es del todo exacto, ya que el destino de esos
aperitivos se decide de manera justa en una pelea.
Aunque, para muchas personas, ganar contra un niño para robarle los
aperitivos es totalmente vergonzoso, Itto cree firmemente que toda batalla
debe tomarse con seriedad, ya sea contra un niño de cinco años o contra la
mismísima Shogun Raiden.
Es precisamente por esta creencia que, aunque pierda contra un niño
pequeño, siempre reconocerá honradamente su derrota.
A pesar del desprecio de muchos adultos hacia él, los niños ven a este oni
como un buen compañero de juegos.
Conoce todo tipo de juegos callejeros y, de hecho, juega a todos ellos con
gusto. Además, si ve que alguien se está metiendo con otra persona, correrá
en la ayuda del más débil.
Últimamente, los niños están obsesionados con hacer peleas de escaradiablos
contra Itto, un juego muy antiguo con unas reglas muy sencillas, unas
peleas intensas y muy divertido. Y lo más importante: comparado con los
demás juegos, en este, los más pequeños tienen muchas posibilidades de
ganar.
Para la Comisión Tenryou, la Banda de Arataki lleva mucho tiempo siendo una
organización a la que no se necesita prestarle mucha atención aunque de vez
en cuando cause algún problema.
Esta pandilla no llega ni a los diez miembros permanentes, y entre ellos
hay todo tipo de debates en cuanto a la fecha en la que se fundó.
Por ejemplo, Akira considera que la Banda de Arataki se creó cuando Itto lo
salvó de unos matones. Ese día, el oni fue derrotado hasta siete veces,
pero no se rindió, así que al final los matones, completamente hartos, se
marcharon. Itto levantó a Akira del suelo, le limpió el barro que tenía en
la cara y le dijo: “¡Te declaro miembro oficial de la Banda de Arataki!”.
Para Genta y Mamoru, el grupo se formó a finales de cierto año, cuando
todos estaban reunidos a las afueras de la Ciudad de Inazuma asando unas
calavandas.
Aquel día, no solo no tenían ni un Mora, sino que también estaban
hambrientos. Entonces, mientras devoraba una calavanda, Itto dijo con un
poco de nostalgia: “Miembros de la Banda de Arataki, a partir de hoy,
¡todos los años nos reuniremos para comer calavandas asadas!”.
En cambio, ni a Genta ni a Mamoru les pareció que aquel momento fuera digno
de conmemorar.
Por su parte, según Kuki Shinobu, la Banda de Arataki se fundó oficialmente
cuando ella sacó por primera vez de la cárcel a Itto, ya que esa también
fue la primera vez que hubo que escribir en un documento oficial el nombre
de la banda.
En cuanto a Itto, él cree que el grupo empezó a existir desde la primera
vez que las palabras “Banda de Arataki” se le vinieron a la cabeza.
Es una lástima que no recuerde cuándo ocurrió eso exactamente.
Sin embargo, para la Abuela Oni, quien cuidó a Ito durante su infancia, la
Banda de Arataki nunca se fundó.
Para ella, ese grupo no es más que Itto y sus amigos.
Desde tiempos inmemoriales, en Inazuma han existido los seres
sobrenaturales, conocidos colectivamente como “youkai”.
Además del ilustre linaje de los kitsune de Hakushin y los tengu, los oni
también han sido frecuentes en esta tierra.
Aunque los youkai suelen tener unas habilidades sobrenaturales muy
envidiadas por los humanos, los oni carecen de dichas destrezas.
Lo único que la gente recuerda de ellos es que tienen cuernos en la cabeza,
que tienen muy mal carácter y que les encanta causar problemas.
En cuanto a su fobia a los frijoles, existen teorías probadas
científicamente.
Ello se debe a que esta raza es alérgica a este alimento. Sin embargo, el
número de oni se ha reducido mucho en los últimos años y ahora la mayoría
solo presenta unos síntomas muy leves.
Por desgracia para Itto, sus síntomas son mucho más graves de lo normal. No
le hace falta comer frijoles, ya que con solo tocarlos le empieza a picar
todo el cuerpo y le cuesta respirar.
Él, tan descuidado en su vida diaria, solo pone extremo cuidado con
respecto a este asunto.
Por respeto hacia él, los miembros de la Banda de Arataki nunca piden
edamame como acompañamiento para comer, ni siquiera cuando Itto no está
presente.
De todas las comidas hechas con algún tipo de frijol, a la que más teme es
al tofu frito. En sus propias palabras, “el simple hecho de verlo hace que
me sienta mal durante tres días”.
Y, al mencionar el tofu frito, cierta victoria pírrica viene a la mente.
La batalla que causó ese incidente comenzó como un conflicto bastante
tonto: una mujer con orejas de zorro se había sentado en la única silla del
puesto de comida favorito de Itto… y el día que había cobrado, nada más y
nada menos.
Los dos comenzaron un intercambio verbal acerca de la propiedad de la
silla, y esto culminó en una batalla totalmente innecesaria.
Itto, hambriento después de un duro día de trabajo, decidió que harían una
batalla de comida, y la mujer con orejas de zorro eligió como tema “ramen
kitsune”.
Itto se quedó sin palabras por un instante cuando supo que ese ramen
contiene tofu frito, pero el orgullo de los oni hizo que compitiera y
ganara de todas maneras.
En cuanto a la silla, el abochornado dueño del puesto de comida se la
entregó a Itto como trofeo.
Entre las diversas competiciones en las que ha participado, hay dos de las
que Itto se acuerda especialmente.
Una es la revancha que le exigió a Kujou Sara, quien lo venció y se llevó
su Visión como parte de su cometido en la Comisión Tenryou.
Hasta el día de hoy, la tengu no ha accedido a llevar a cabo el duelo de
sumo en la calle, lo que frustra enormemente a Itto.
El otro incidente ocurrió hace muchos años, cuando Itto era un niño y se
peleó con un niño tengu, lo que acabó con un duelo de sumo en la Llanura
Byakko. ¿Quién hubiera imaginado que, en el fragor de la batalla, los dos
se caerían rodando cuesta abajo?
Itto se torció el tobillo y el tengu acabó llevándolo a casa. Por supuesto,
el duelo quedó en tablas.
“¡Qué mala suerte!”, piensa Itto a veces, “los dos incidentes tienen que
ver con los tengu”.
“Pero ¿cómo son tan fuertes, con lo flacos que están?”.
Prácticamente todos los niños oni han escuchado la historia del oni
escarlata y el oni azul:
El primero, de carácter amable y bondadoso, derrotó al segundo, sumamente
malvado, tras lo que se ganó el respeto de los humanos.
Esta historia le gustaba mucho a Itto cuando era pequeño, ya que, como él
tiene cuernos de oni rojo, se sentía orgulloso de su linaje.
Sin embargo, su inocente orgullo infantil flaqueó cuando ocurrió cierto
incidente.
La aldea en la que vivía Itto fue saqueada varias veces seguidas, los
aldeanos fueron heridos y la familia Arataki fue tachada de sospechosa solo
por su sangre oni.
Él ya no recuerda bien muchas cosas de aquella época, pero lo que siempre
recordará serán las miradas llenas de recelo y odio de los aldeanos cuando
él y sus padres se marcharon de la aldea, así como de una frase que Itto
escucharía muchas veces a partir de entonces: “Son oni, después de todo”.
Para los humanos, los oni han sido todos iguales desde siempre. Entonces,
si sus padres y él se vieron obligados a dejar su hogar a pesar de no haber
hecho nada malo, ¿no sería mejor convertirse en el oni azul, tan temido por
los humanos?
Después de que sus padres murieran de enfermedad, el joven Itto vivió
escondido en las calles y, en cuanto alguien se atrevía a hablar de los
oni, no dudaba en atacar.
Aunque casi siempre era él quien recibía una paliza, no se rendía por
muchas veces que lo derrotaran, lo que demostraba lo cabezota que era.
Pero, después de todo, seguía siendo un niño, así que, cansado y famélico
tras una paliza que le dieron unos matones, finalmente cayó desmayado.
Por fortuna, una humana anciana lo salvó en ese crítico momento.
“¡Oye! ¿Es que no ves que soy un oni? ¡¿Por qué diablos me quieres salvar?!”
“¿No tienes hambre? He hecho unas gachas”.
“¡Ya te he dicho que soy un oni! ¿Estás tan ciega que no ves mis cuernos?”
“Los veo perfectamente. Entonces, ¿no quieres unas gachas recién hechas?”
“¡Arg! Esta señora está sorda… *Ejem*, abuelita, dame un cuenco de
gachas, por favor”.
“¡Marchando!”.
A finales de cierto año, la Banda de Arataki se reunió para discutir cómo
celebrar el año nuevo.
Comparada con otras organizaciones de mejor reputación, esta pandilla no
tiene ni dinero ni una ubicación fija, por lo que le es muy difícil
organizar actividades.
La sugerencia de juntarse para comer calavandas fue descartada y, aunque
asarlas no suponía ningún problema, sí lo era el hecho de solo comer
calavandas.
Celebrar una gran pelea de escaradiablos no era mala opción, pero el fin de
año no era la época de apareamiento de estos insectos, por lo que no
estarían tan motivados como deberían.
Al final, hicieron un sorteo y ganó el “festival de canto”.
Fue Itto quien planteó esta actividad, que consistía en situarse al borde
de un acantilado para cantar a pleno pulmón mientras sopla la brisa marina,
con el fin de expresar los sentimientos y los deseos para el futuro.
Al enterarse de la noticia, todos los miembros de la banda se negaron.
Preferían comer calavandas antes que gritar contra el viento del mar. Kuki
Shinobu, por ejemplo, pidió inmediatamente días libres para volver a su
hogar natal.
Aun así, el festival de canto se celebró. Cantar en voz tan alta realmente
hacía que uno se desahogara y, además, nadie imaginó que Itto cantaría tan
bien.
Un día, al despertarse, Itto encontró una Visión debajo de su espalda. En
ese momento ya llevaba muchos años en Hanamizaka y su vida era bastante
estable.
“¡Guau! ¡Papá, mamá, abuelo, abuela, Abuela Oni! ¡Miren esto!”.
Eso fue lo que pasó cuando Itto vio su Visión por primera vez.
Emocionado, se la enseñó a todas las personas con las que se cruzó ese día
e incluso les mostraba la marca que le había dejado en la espalda, hasta
que todo el mundo se cansó de oírlo.
Sin embargo, unos días más tarde la historia cambió ligeramente.
“Como sabes, no me sorprendí en absoluto al encontrar mi Visión. ¡Es lo que
cabía esperar del líder de la Banda de Arataki!”.
“Además, la valía de una persona no es algo que se pueda determinar por una
simple Visión, claro que no”.
No obstante, las personas observadoras se dieron cuenta de que Itto había
comprado un paño para cristales muy suave.
Y en cierta columna de consejos de la revista «Vida y estilo» apareció la
siguiente pregunta:
“Srta. Hina, ¿cuál es la mejor forma de cuidar de mi Visión y que brille
más? Que brille más que las de los demás, por supuesto”.
Cuando los miembros de la banda lo leyeron, le enseñaron emocionados la
revista a Itto, pero se sorprendieron cuando él, un seguidor acérrimo de la
Srta. Hina, solo echó un vistazo casual antes de dejar la revista a un lado.