« Un bastón de color bermellón utilizado en un antiguo ritual que hace mucho tiempo que no se practica »
Que el fuego purifique lo impuro y que la corrupción y las llamas asciendan al grandioso cielo.
Este era un tipo de ritual que se llevaba a cabo en un periodo en el que reinaba la maldad. Con él, se prendía en llamas la leña de todo el continente, de la cual emanaba el humo de las bendiciones y la protección.
Este ritual del fuego estuvo muy extendido durante una antigua época en la que imperaba la guerra.
En aquel entonces, los delirios y los sueños de los dioses muertos devinieron en plagas y pestes.
Estas se llevaron injustamente las vidas de muchos hombres y mujeres, así como las de sus hijos, las cuales nunca les pertenecieron.
En aquella época, un curandero que salvaba vidas escuchó en el radiante fuego el leve susurro del resquebrajamiento de los árboles en llamas.
«Solo el fuego incontrolado puede purificar la suciedad de este mundo.
Solo él puede tornar la leña de color bermellón para expulsar al mal».
El curandero llevaba un bastón de color bermellón con el que incendiaba todo aquello que había sido contaminado.
El pasado, enmarañado en una infinidad de malas acciones y desastres, y aquellos que murieron por no poder soportar su profundo dolor, arderán y se convertirán en mariposas hechas de cenizas para liberarse de toda la desdicha y el dolor de este mundo corrupto.
Cuenta la leyenda que el curandero que incendió innumerables pilas de leña también acabó transformándose en un humo con forma de mariposa.
Con los años y la paz, el ritual cayó en el olvido.
Sin embargo, las personas que abrazaron el calor de las llamas nunca dejaron de oír el susurro del fuego cegador en la imponente oscuridad diciendo:
«Solo el fuego incontrolado puede purificar este mundo».