« Una espada muy recta y misteriosa que parece sedienta de vida. De ella gotea un veneno capaz de corromper hasta a un dragón »
Eso ocurrió hace mucho, mucho tiempo…
Una vida que no puede nacer, deseos que no se pueden cumplir, sueños infructuosos que deambulan por la oscuridad del universo, se apoderaron de mi cuerpo y llegaron a este mundo.
Después, queridos niños,
como la lluvia que se cuela por las grietas y las plantas que crecen hacia la luz del sol,
van a un lugar hermoso y muestran su belleza.
Estos son los recuerdos que un niño llamado Durin tiene de su madre.
«Gracias, madre, gracias».
«Gracias por darme alas para volar y un cuerpo fuerte y poderoso».
«Quiero ir a un lugar donde hay canciones hermosas, madre».
«Les hablaré sobre ti, madre, y sobre todos los demás».
«Les contaré lo hermoso que es el lugar en el que nací».