«Un arco tan bello como el instrumento de un bardo. Las flechas que dispara son como un suspiro capaz de atravesar el corazón de una persona«
«El viento del oeste lleva la fragancia del vino.
El viento de la montaña trae noticias del destino.
La lejana brisa agita mi corazón.
Y canta mi añoranza por ti con sazón».
Hace mucho tiempo, había un caballero que siempre parecía estar preocupado.
Solo una determinada canción podía hacer que dejara de fruncir el ceño, y solo la chica que cantaba dicha canción en la plaza podía hacer que olvidara sus responsabilidades durante unos momentos.
Pero un día, el desastre cayó sobre esta tierra.
Las canciones que una vez habían volado alegremente en el viento fueron ahogadas por un dragón venenoso.
Con sus estremecedores pasos, incluso los gritos y las llamas se desgarraron.
El Arconte Anemo escuchó su agonía, aunque se había negado a gobernar.
Pero para proteger los sueños de sus viejos amigos y defender los verdes campos acariciados por el viento, se despertó de su largo sueño y voló junto al dragón del cielo en la batalla…
Mientras tanto, el caballero y sus compañeros también lucharon por su tierra.
Cuando el dragón venenoso cayó sobre los picos helados, el dragón del cielo azul se durmió en la antigua torre.
El caballero yacía en el valle bajo un charco de sangre y, mientras agonizaba, pensaba:
«Ella está estudiando en el extranjero, así que debería estar bien. Pero ¡ay! ¡Cuánto desearía escucharla cantar de nuevo!
Al menos sé que Arundolyn y Roland están bien. Cuando ella regrese, seguro que esta catástrofe se desvanecerá».
Fueron muchas las canciones de alabanza al Arconte y las melodías que se escucharon en la batalla entre los dos dragones, pero todas acabaron perdiéndose.
Y la canción que tanto le gustaba cantar a la joven también cambió a su regreso:
«Los dientes de león vuelan con el viento del verano.
El otoño trae la fragancia del grano.
Mas no hay viento en ninguna estación.
Que me prohíba mirar a tu corazón».
Después de que su voz y sus lágrimas se agotaran, la joven juró usar la llama de su vida para limpiar la corrupción de este mundo…