“¡Baja de ahí! ¡Las mujeres siempre se las apañan para estorbar en el barco!”.
Eso dijo el ladrón Ako Domeki mientras se giraba.
Al oír esto, la miko no pudo evitar sonreír.
Si quien me enseñó a tirar con el arco no se hubiera ido a la guerra con la Shogun…
Nuestro hijo tendría ahora la misma edad que Dozaemon.
Y quizás yo me apellidaría Takamine, o él tomaría el apellido Asase…
El tono de Dozaemon y cómo me dio la espalda deliberadamente…
Fue como cuando él tomó la espada y se marchó.
Así que, esta vez, no dejaré que este hombre muera.
Incluso aunque signifique luchar contra el estandarte del emblema Electro…
“Ya afilamos los arpones y las espadas. Es hora de zarpar”.
“¡Mostremos a esos soldados la fuerza de Seiragi!”.
Al oír las salomas, la miko baja su arco.
La magia auténtica que aprendió en secreto en la Montaña Yougou…
Aunque le daba lástima por su profesor tengu, decidió usarla aquí.
Deshacer el nudo que había durado miles de años,
y dejar que el resentimiento moribundo del iris violeta^
destruya los barcos con el estandarte Electro.
Solo esperaba que esos gatos viejos no atravesaran la tormenta…