« Lisa es una bruja muy inteligente con una gran afición por la siesta. Ella es la bibliotecaria de la Orden, siempre encuentra en los libros la mejor solución a los problemas. Aunque parezca perezosa, no teme a nada y mantiene todo bajo control »
La perezosa pero sabia bibliotecaria de los Caballeros de Favonius. En realidad, fue considerada por la Academia de Sumeru como su graduada más sobresaliente en los últimos dos siglos.
Lisa tiene cabello castaño oscuro y rizado, ojos verdes y una complexión curvilínea con piel clara.
Lleva un vestido morado y blanco con aberturas abiertas a los lados y bordado dorado, junto con guantes negros con ribete morado pálido, un gran sombrero de bruja, medias de encaje negro y tacones altos negros, y un pendiente es visible en una oreja. Lleva un collar de oro con su Visión abrochada al cuello de su vestido.
Reflejando su flor favorita, un motivo de rosas está presente en todo su atuendo. Hay una rosa de color púrpura pálido prendida a su sombrero, y una similar en el lazo de su cola de caballo. Además, se adjunta una gran rosa dorada ornamental en su cinturón en la cadera.
Lisa es una bruja competente; como tal, disfruta de todo lo relacionado con los elementos e ítems que le ayudarían a comprenderlos. A pesar de su posición como bibliotecaria, Lisa lo toma un tanto al azar, ya que parece estar relativamente aburrida de tratar con los libros normales, en lugar de preferir los de la sección restringida. No obstante, todavía se toma el trabajo en serio, ya que personalmente saldrá a coleccionar libros que están atrasados desde hace mucho tiempo, aunque de una manera que aún pueda disfrutar de las cosas más pequeñas de la vida.
Su personalidad casual y despreocupada proviene de su Visión, ya que mientras los dioses se lo dieron y ella estaba saciada con el conocimiento que quería aprender, no le dijeron cuál era el precio y ella comenzó a temer la verdad detrás de ellos. Esto, a su vez, hizo que se volviera bastante paranoica, y dejó la Academia de Sumeru por temor a estar pagando un precio demasiado alto por el conocimiento, relegándose a la categorización y administración de la biblioteca, negándose generalmente a asumir cualquier otra tarea.
Cuando Lisa se enfada, el aire a su alrededor se electrifica debido a su Visión Electro. Esto suele ocurrir cuando alguien no devuelve uno de los libros prestados a tiempo, o si se dañan o los roban. Dependiendo de la gravedad de lo que la haya enojado, puede estar simplemente irritada o volverse increíblemente aterradora, esto último también causando que aplique el castigo «apropiado».
Lisa parece ser muy coqueta y encantadora., ya que a menudo se refiere al Viajero como «cariño», «adorable» y «tierno», y considera que Albedo «es muy lindo». Aunque también en el fondo es seria, puesto que al desbloquear diálogos deja de ser floja y nos revela a la verdadera Bruja de la Rosa.
Le gusta el té, siempre asegurándose de tomar algo por la tarde, junto con sopa de verduras. Ella también sufre de fobia a las calabazas.
Lisa se encarga de dos cosas: primero, de administrar y organizar la gran colección de libros de la biblioteca de la Sede de los Caballeros de Favonius; y segundo, de asegurarse de que el suministro de pociones siempre esté completamente abastecido.
La única vez que los habitantes de Mondstadt ven a Lisa es cuando toman prestados libros o cuando los devuelven.
En estos casos, se la encuentran sentada en el mostrador como un gato lánguido, mientras bosteza y atiende a los visitantes.
A veces, su comportamiento despierta dudas sobre si la bibliotecaria de los famosos Caballeros de Favonius realmente puede permitirse el lujo de ser así.
Dicho esto, Lisa siempre realiza todas sus tareas a la perfección, por lo que nadie puede quejarse de su trabajo.
Lisa fue nombrada la «mejor estudiante de la Academia de Sumeru en 200 años» y sabe de todo: se trate de un conocimiento atroz prohibido o no, el uso de una flor elemental o los métodos más eficientes para destilar vino, mientras haya algo que saber, Lisa lo sabrá.
Por ello, es la sabelotodo a la que recurren los jóvenes caballeros y alquimistas… si fueran a verla a las horas adecuadas, claro.
Pero si van por la mañana, cuando Lisa está durmiendo, o por la tarde, cuando disfruta de su hora del té… Podría ser un desastre para los visitantes no esperados.
Cuando la gente conoce a Lisa, a menudo se sorprenden de que fuera la mejor estudiante de la Academia de Sumeru.
Sin embargo, su alta eficiencia proviene de su innata pereza y capacidad de rehuir los problemas.
Encomendó, a través de Kaeya, a Huffman y Swan el trabajo de reabastecer y dispensar pociones, y le pidió a Flora que le dijera a Donna que se encargase del reparto de esas medicinas.
Lisa solo se ensucia las manos cuando clasifica y organiza libros y documentos.
Para estas cosas, solo se siente cómoda cuando las hace personalmente.
Cuando Lisa se unió a los Caballeros de Favonius, el Gran Maestro en persona la designó como Capitana de la 8.ª Compañía.
Esto consternó a la entonces Oficial de Campo de la compañía, Nymph, que se resintió con la idea de que una académica llegara a una posición de tan alto rango.
A sugerencia de Kaeya, en aquel entonces Intendente de los Caballeros, se organizó un combate en el que Lisa y Nymph mostrarían sus habilidades mágicas.
Dos minutos después de empezar, Lisa rechazó con mucha educación la capitanía, alegando que Nymph era claramente capaz de cumplir el papel.
Durante todo el año siguiente, el Gran Maestro no paraba de recibir cartas de recomendación de Nymph en relación con la capitanía, y la única persona que se nombraba en ellas era Lisa Minci.
Entonces, el Gran Maestro se dispuso a entregar directamente las cartas de recomendación a Lisa, pero cada vez que lo hacía, ella tenía una excusa para rechazar la oferta.
La 8.ª Compañía, sin duda, habría sido mucho más poderosa bajo su liderazgo, pero ella alegó que tal poder no solo era innecesario, sino que también pondría en riesgo su propia vida de una manera que la mayoría de la gente no podría entender.
Lisa sabe con seguridad que puede enfrentarse perfectamente a cualquier situación complicada. Sin embargo, cuantos más peligros existan, más trabajo habrá que hacer… Y eso sería algo inaceptable para ella.
Después de conocer a eruditos delirantes en la jungla de Sumeru y a sabios silenciosos e infrautilizados en consejos asesores, Lisa comprendió claramente la huella que deja en las personas el infinito mar del conocimiento.
¿Qué precio hay que pagar para obtener el más grande de los conocimientos?
Desanimada por tal epifanía, Lisa decidió abandonar Sumeru.
Desde entonces, dejó de tomarse todo tan en serio.
«Antes de exigir demasiados milagros a los dioses, piensa primero si podrás pagar el precio».
Eso fue lo que le dijo a tan solo tres personas que consideró que necesitaban su consejo desde que llegó a Mondstadt.
La marmita de calentamiento especial fue construida con un diseño especial que nadie en Mondstadt podía comprender. Cuenta con un sistema de calentamiento programado, inserción de ingredientes semi-automatizada y funciones de regulación de temperatura.
Lisa gastó un presupuesto enorme y se apoderó del taller de alquimia durante dos semanas completas para construir esta extraordinaria marmita.
Ella se jacta de que es capaz de calentar cualquier cosa a la perfección con un máximo de solo dos tirones de una palanca.
Pero su uso más común es preparar té y mantenerlo a la temperatura óptima mientras ordena sus libros.
Después de todo, una relajante sesión de té vespertina es, con diferencia, la parte más importante del día de Lisa.
Una Visión es una señal de los dioses: una señal de que eres una de las personas que los dioses han elegido para cambiar el mundo.
O tal vez es solo uno de los muchos requisitos que uno tiene que cumplir en el camino para desenterrar los secretos de la magia.
Después de todo, comprender los elementos es esencial para el estudio de la magia, y la experiencia práctica es un medio mucho más útil para adquirir esta comprensión que tratar de asimilar el conocimiento de los libros viejos y polvorientos.
«Hummm… Supongo que necesitaré una Visión, entonces».
Y así, cuando esa idea pasó por la mente de Lisa, una Visión apareció en su mano.
Con la ayuda de su Visión, Lisa adquirió el conocimiento que buscaba, pero también presintió un profundo secreto oculto en las sombras detrás de ese conocimiento.
Sea como fuere, los dioses le dieron a los humanos la clave para cambiar todo, pero no explicaron su costo. Lisa temía cada vez más la verdad.
La Visión que colgaba de su cuello se convirtió para ella en un pozo sin fondo lleno de dulces placeres que permanecía en lo más profundo de su mente.
Así que, cuando encuentra a una persona que ella considera interesante, compartirá con ella su conocimiento acerca de todo tipo de temas.
Tal vez espera que, al hacerlo, algún día vendrá alguien que tenga la capacidad de comprender la verdad absoluta detrás de las Visiones.