Una joven que ha heredado trazas de sangre no humana. Ella es la increíble y popular camarera de la taberna Cola de Gato. «¿Cómo, oh, cómo puedo hacer bebidas con un sabor horrible…? Tenía grandes esperanzas en el» ‘Cóctel de salsa de soja, leche, chile Jueyun y semillas de diente de león’, ¡mi combinación más de pesadilla hasta la fecha! Pero incluso eso fue recibido con elogios en la taberna: «¡Esta es la mejor bebida de la pequeña Diona hasta ahora!» Grr… pero no me rendiré… «
Diona es una niña pequeña de piel clara y cabello corto de color rosa. Parte de su cabello está recogido en una coleta rígida en la parte delantera de su cabeza. También tiene orejas y cola de gato de color naranja, negro y blanco, ojos verde azulado y cejas redondas. Los rasgos felinos de Diona son los de un gato calicó.
Diona lleva una gran gorra índigo oscuro, junto con pantalones cortos del mismo color con adornos dorados con huellas de garras. Ella también usa una camisa sin mangas de color índigo oscuro que deja al descubierto el abdomen con una bufanda de color amarillo anaranjado, mangas de color rosa pálido, un chaleco del mismo color y guantes blancos con patrones en forma de garras de color rosa claro en la parte inferior. Diona lleva una cantimplora de bebida fría atada a sus pantalones cortos, a la que se adjunta su Visión Cryo. También usa botas azul marino, que tienen forma de tacones altos, con adornos dorados en forma de gato.
Según su padre Draff, Diona se encuentra en una fase un poco rebelde. Mientras Diona adora a su padre y lo idolatra en su juventud, al presenciar su cambio de personalidad mientras estaba borracho rompió el pedestal en el que ella lo puso, y comenzó su venganza contra el alcohol. Ella desprecia a cualquiera que se entregue al alcohol, aparte de Lisa, a quien considera amable y gentil, pero lamenta el hecho de que bebe.
Aunque Diona tiene la opción de destruir la industria, eligió no hacerlo, en lugar de eso optó por hacerlo hundiendo la reputación de la industria al convertirse en camarera y servir bebidas terribles. Desafortunadamente, su amiga la bendijo con un toque mágico que hace que todas sus bebidas sean deliciosas, independientemente de lo nocivos que sean los ingredientes utilizados, y ella misma no lo sabe.
En sus dialogos de personaje, Diona demuestra ser una tsundere clásica y es muy ingenua. Ella se preocupa por la capacidad del Viajero de llegar a casa de manera segura sin visión nocturna y se ofrece a acompañarlos a casa, hasta que le recuerdan que existen farolas, y rápidamente niega haber ofrecido escoltarlos. Ella culpa a Diluc por los problemas de su padre, a pesar de que el Viñedo del Amanecer había existido mucho antes que ella o su padre, y no ve por qué los fans que ella y Barbara tienen son drásticamente diferentes. Ella también parece anhelar la compañía, lo que implica que es el resultado de que Draff la descuida cuando está en su estupor de borrachera.
Trabajar como cantinera en la Taberna Cola de Gato fue, en realidad, una broma de Diona, el primer paso en su gran plan maestro.
Cuando los clientes entraban a la Taberna, podían «disfrutar» de cómo Diona los miraba con asco mientras esperaban a que esta les sirviera el «especial de Diona».
«¡Ja! Sí, sí, toma. Bebe este cóctel de lagarto con sal marina y ¡dile adiós a tu vida de borracho!», suele decirle a los clientes para arruinarles sus ganas de beber.
Sin embargo…
«*Gluglu* … *Gluglu* … ¡Vaya!
¡Nunca había bebido algo tan maravilloso! Señorita, ¿me pone otra?»
«¿¡Quieres beber más!?»
A día de hoy, Diona sigue luchando contra su capacidad innata para hacer bebidas increíbles. Reacia a tirar la toalla, todavía no piensa renunciar a sus sueño de crear una bebida realmente repugnante.
Sin embargo, el resultado es siempre el mismo, y la Taberna Cola de Gato sigue siendo un lugar donde reunirse para beber y en el que los satisfechos clientes cantan alabanzas sobre sus habilidades.
Lo único que puede hacer la pobre Diona es hinchar sus mejillas y llorar mientras refunfuña:
«¡Esperen y verán!»
El papá de Diona, Draff, es el mejor cazador de la Aldea Aguaclara.
Con su determinación, sus increíbles técnicas de caza y su fría capacidad de cálculo, no hay duda de que merece ser el líder de los cazadores de Aguaclara, para quienes es un modelo a seguir.
Para Diona, su papá era su ídolo, la persona en la que se quería convertir.
Por eso lloró tanto el día en que se rompió el pedestal en el que lo tenía puesto.
«Cuando esté borracho, ¡es como un jabalí que se revuelca en el barro!», dijo con los ojos enrojecidos.
Pero Diona se negaba a echarle la culpa a la costumbre que su papá tenía de beber, ya que ¿cómo podría un padre tan perfecto tener un defecto tan grande?
«¡Es culpa del vino! ¡Hechiza a las personas y las hace estúpidas!»
Así fue cómo Diona empezó a odiar el alcohol, y también cómo la buena fortuna llegó a la Taberna Cola de Gato.
Dicho esto, Margaret, la dueña de la taberna, nunca esperó que nada de esto sucediera. Más bien, tenía una razón mucho más simple para contratar a Diona.
«¿Qué opción tenía? Es demasiado linda como para no contratarla».
Muchos clientes pensaban que las orejas y la cola de gato de Diona eran parte de su uniforme de mesera.
Esto fue así hasta que un día, un tipo completamente ebrio le tiró de la cola por curiosidad. Para su sorpresa, estaba realmente cálida y era muy suave.
Ese día, Diona puso la taberna patas arriba.
Estas características felinas son el rasgo más distintivo de quienes tienen sangre felinesa en las venas, algo extremadamente raro en Mondstadt.
Además de por su fisiología, Diona y su papá, Draff, también tienen grandes habilidades de caza debido a su linaje.
Técnicas de sigilo, tiro con arco, escalada o habilidades para esquivar… Diona nunca ha necesitado que nadie le enseñe nada de esto.
«Ah, sí, y gracias a sus ojos, también puede ver muy bien en la oscuridad».
«En cuanto a sus defectos…
Muerde cuando la hacen enojar, así que es necesario tener cuidado», escribe sobre Diona la Dra Edith en su investigación <<Linajes sobrenaturales>>.
La aparición de Diona en la industria del vino de Mondstadt tuvo un gran impacto sobre la misma.
El monopolio del Viñedo del Amanecer se acabó de la noche a la mañana debido a la cada vez más popular Taberna Cola de Gato, y el hombre a cargo del Viñedo, Elzer, lo encontró inaceptable.
Elzer, que había luchado en muchas guerras comerciales, estaba planeando cazar a Diona, un personaje clave en todo el asunto, sin saber que, para ella, el Viñedo del Amanecer era como una especie de «jefe final» al que tenía que derrotar.
«Este maravilloso y atrevido método para hacer cócteles debe ser el secreto de su sabor, ¿cierto?»
Diona miró con gran desagrado al hombre de cabello blanco que acababa de sentarse frente a la barra.
«¡Oh! ¡Es exquisito! Puedo sentir tu gran pasión y amor por el vino al beber esto».
Las manos de Diona comenzaron a temblar mientras sostenía la coctelera. El asusto Elzer entendió de inmediato lo que sucedía en cuanto detectó un cambio en Diona.
«Si una mesera tan brillante como tú colaborara con el Viñedo del Amanecer, ¡la industria del vino de Mondstadt llegaría a un auge sin precedentes!»
Más tarde, cuando Diluc le preguntó a Elzer por qué tenía la mano vendada, este titubeó un poco y dijo:
«Me… me mordió un gato».
En el pueblo natal de Diona, existe una leyenda sobre un «hada del manantial».
Una vez, el hada salvó a una madre y un hijo totalmente desesperados que había junto a un pozo. Llenó aquel hoyo seco con aguas torrenciales que dieron lugar a un manantial. El niño, gravemente enfermo, se curó milagrosamente gracias al agua del manantial.
Fueron muchos los que quisieron ver las aguas benditas con sus propios ojos, por lo que, tras asentarse en sus alrededores, nunca más quisieron dejar aquel lugar. Con el tiempo, los asentamientos crecieron hasta convertirse en la pequeña Aldea Aguaclara.
Hoy en día, la mayoría de los aldeanos cree que solo se trata de una simple leyenda, e incluso hay quien dice que se trata de una «estrategia para atraer turistas».
Solo la pequeña Diona creía en la existencia del hada del manantial, y en las noches en que su padre dormía profundamente, ella le hablaba al reflejo de la luna en el agua del manantial.
Sus sentimientos eran sinceros, inocentes y hermosos; unos sentimientos a los que valía la pena responder. Eso fue lo que pensó el hada del manantial.
Entonces, Diona hizo una increíble amiga, una compañera con la que podía compartir sus sentimientos y, a veces, aliviar su soledad.
La noche de su séptimo cumpleaños, cuando la luz de la luna se reflejaba en el manantial y, a su vez, en su rostro, Diona escuchó la suave voz del hada.
«Yo te bendigo, hija de los cazadores. Ese es mi regalo para tus días futuros y mi forma de decirte adiós. Que tu copa rebose siempre con el dulce vino de la felicidad, y que este siempre sea fresco como los manantiales de la nieve eterna que se derrite».
Desde ese día, el hada del manantial no volvió a aparecer ante Diona, haciendo que aquel recuerdo se quedara para siempre en su infancia.
Diona aún no se ha dado cuenta de que su problemática fisiología podría tener algo que ver con ese sueño.
Al papá de Diona, Draff, también le gusta hacer cócteles de vez en cuando.
La cola de Diona se movía de un lado a otro por sí sola cuando observaba a su padre agitando la coctelera algunas noches.
Sin embargo, también vio que su padre acababa completamente borracho en esas noches, quedando inconsciente antes de siquiera terminar de contarle un cuento para dormir.
Por lo tanto, un día que Draff salió a cazar, Diona escondió la coctelera debajo de la cama de su papá.
Para su sorpresa, él no se molestó en buscar la coctelera, sino que simplemente trajo una nueva al día siguiente.
Cuando Diona fue a la Taberna Cola de Gato para hacer su entrevista de trabajo como cantinera, Margaret observó que la coctelera que traía consigo no era para nada de su estilo.
Así pues, la habilidosa Margaret fabricó para Diona una coctelera con una linda cola de gato como regalo de bienvenida a su nuevo trabajo.
«Esta sí que es de tu estilo», dijo Margaret con un gesto de satisfacción.
En realidad, la aversión de Diona hacia el alcohol no es «odio», sino que proviene de la avaricia.
Desea que su padre sea para siempre la persona que ella admira, y atesora cada momento que pasa con su familia, pero no quiere compartir esa felicidad con el vino.
Una vez hubo una tormenta que duró tres días, y durante esos tres días, su padre, que estaba cazando, no regresó.
El mal tiempo impidió que los equipos de búsqueda de los Caballeros de Favonius pudieran avanzar mucho, por lo que Diona empezó a temer que podría perder a su papá.
Si era incapaz de compartir, ¿cómo iba a soportar que le «robaran» algo por completo?
Entonces, salió de casa en medio de una fuerte tempestad. El agua que se interponía en su camino quedaba congelada a su paso mediante un poder que jamás había tenido.
Usando sus magníficas habilidades de rastreo, encontró a su papá debajo de un escarpe. Con la ayuda de los otros cazadores, regresó a casa con su papá, y solo recuperó su habitual sonrisa cuando pudo confirmar que se encontraba bien.
«¿Quieres… quieres que te prepare un trago? Te adormecerá un poco el dolor…»
Esa fue, probablemente, la única vez que Diona preparó una bebida con una receta normal.
«¡Oh! ¡Es muy refrescante! ¡Es maravilloso! Jajaja ¡Au! Me duele la herida…»
Beber un cóctel preparado por su hija fue un anestésico mucho mejor que el alcohol en sí. Aunque desde entonces es capaz de controlar el elemento Cryo, Diona aún no se ha reconciliado con el alcohol.